Querido Exilio:
Encontré aquel viejo poema de Savine que te prometí, mismo que a mí me ha echo maldecir el exilio que nos ha separado y culparme por el delito de cobardía por haberte dejado partir a ese frío país del exilio...
Bajo mis manos crece dulce todas las noches.
Tu vientre manso, suave, infinito,
bajo mis manos que pasan y repasan
midiéndolo, besándolo...
Bajo mis ojos que lo quedan viendo toda la noche
me doy cuenta de que tus pechos crecen tan bien
llenos de ti, redondos y cayendo,
tú tienes algo: ríes, miras distinto, lejos.
Mi hija te está haciendo más dulce, te hace frágil.
Suenas como la pata de la paloma al quebrarse
guardadora de amparo contra todos los fantasmas.
Te abrazo para que madures en paz.
Querido Exilio; quisiera ser yo quien viera crecer tu vientre cada noche, repasarlo, probrarlo y recorrerlo con mis manos palmo a palmo, como el nuevo continente en el que te estás convirtiendo: por qué no fui yo quien escribio ese poema; quizás porque entre el encierro y el exilio me he perdido ese derecho a ser quien escriba sobre tu vientre madurar...
Querido Exilio; en el encierro sólo puedo pensar en el día de tu regreso, y me preparo para el haciendo poesía; a veces la misma panfleteria política de la que tanto adolezco y me acuzas; a veces otras tantas, las menos quizás: maduro y crezco para escribir una literatura sobria desenfadada llena de mí y de las cosas que me rodean, mis raíces, el exilio, nuestra Lunita y tantas cosas de las que todo aquel que se llame poeta debe y está obligado a escribir...
Querido Exilio; a veces mis cartas parecen escuetas; otras propaganda; unas tantas cartas suicidas o epístolas corta vena... pero no quiero que me acuses de que es falso lo que te escribo, o que sólo es darte esperanzas de que te espero mientras yo aquí continuo mi vida de lo más normal; quizás con otra mujer, quizás en otra familia, emborrachado, con amigos y amantes, con dinero y en despilfarro... como diría Cervates Quien despilfarra mis bienes? desdenes...
Querido Exilio; sigo tan tuyo como siempre, y ahora más que nunca desde que la Luna nos une, desde que tu vientre me pertenece; desde que invertí en ti mi futuro y mi sangre y germine el más grande de los premios que un poeta puede ganar al escribir la poesía... un hijo la creación perfecta...
Por siempre tuyo
Raíces.
El Salvador, San Salvador, Ciudad Universitaria, 8/8/8
Encontré aquel viejo poema de Savine que te prometí, mismo que a mí me ha echo maldecir el exilio que nos ha separado y culparme por el delito de cobardía por haberte dejado partir a ese frío país del exilio...
Bajo mis manos crece dulce todas las noches.
Tu vientre manso, suave, infinito,
bajo mis manos que pasan y repasan
midiéndolo, besándolo...
Bajo mis ojos que lo quedan viendo toda la noche
me doy cuenta de que tus pechos crecen tan bien
llenos de ti, redondos y cayendo,
tú tienes algo: ríes, miras distinto, lejos.
Mi hija te está haciendo más dulce, te hace frágil.
Suenas como la pata de la paloma al quebrarse
guardadora de amparo contra todos los fantasmas.
Te abrazo para que madures en paz.
Querido Exilio; quisiera ser yo quien viera crecer tu vientre cada noche, repasarlo, probrarlo y recorrerlo con mis manos palmo a palmo, como el nuevo continente en el que te estás convirtiendo: por qué no fui yo quien escribio ese poema; quizás porque entre el encierro y el exilio me he perdido ese derecho a ser quien escriba sobre tu vientre madurar...
Querido Exilio; en el encierro sólo puedo pensar en el día de tu regreso, y me preparo para el haciendo poesía; a veces la misma panfleteria política de la que tanto adolezco y me acuzas; a veces otras tantas, las menos quizás: maduro y crezco para escribir una literatura sobria desenfadada llena de mí y de las cosas que me rodean, mis raíces, el exilio, nuestra Lunita y tantas cosas de las que todo aquel que se llame poeta debe y está obligado a escribir...
Querido Exilio; a veces mis cartas parecen escuetas; otras propaganda; unas tantas cartas suicidas o epístolas corta vena... pero no quiero que me acuses de que es falso lo que te escribo, o que sólo es darte esperanzas de que te espero mientras yo aquí continuo mi vida de lo más normal; quizás con otra mujer, quizás en otra familia, emborrachado, con amigos y amantes, con dinero y en despilfarro... como diría Cervates Quien despilfarra mis bienes? desdenes...
Querido Exilio; sigo tan tuyo como siempre, y ahora más que nunca desde que la Luna nos une, desde que tu vientre me pertenece; desde que invertí en ti mi futuro y mi sangre y germine el más grande de los premios que un poeta puede ganar al escribir la poesía... un hijo la creación perfecta...
Por siempre tuyo
Raíces.
El Salvador, San Salvador, Ciudad Universitaria, 8/8/8
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