Querido Exilio:
Se que muchas veces las palabras suelen ser como dagas, que causan heridas profundas, y no sicatrizan con facilidad; interpreto tu silencio como muestra de lo mucho que te duelen mis palabras; interpreto tu falta de comunicación como una prueba más a las que ya sumamaos y nos cuesta cargar en las espaldas del corazón; interpreto tu silencio como aquel certero golpe de lanza que una vez le fue infreigido al cristo en la cruz: posterior a los clavos lapidarios...
Querido Exilio; yo sigo sin perder las esperanzas de que cambiemos un día, y que todo aquel grado de inmadures que venimos cargando de años sea transmutado a iluminación divina, por medio de una epifania; misma que ya crece como un poema en tu vientre, fruto de nuestro amor...
Querido Exilio; estas noches sin leer tus pequeños versos electronicos son un suplicio, no puedo dormir esperando que mi piel vibre, y cuando lo haga sepa que es un mensaje tuyo que me traen las auroras y los misticos buos; por las noches escucho el "Guis" anunciando la muerte, o los cambios, no anuncia tu visita en espiritu; escucho el gayo en las madrugadas, los escucho a las dos y trato de negarte en la soledad, como si fuera un Pedro que niega la verdad del amor...
Querido Exilio; los libros, los versos y las palabras me abandonan; leí hace poco un libro de Manlio Argueta, titulado Un día en la vida... Exilio, pienso en la vida, en los días agonicos en que no duermo con tigo, pienso en la protagonista de la historia, despertando de madrugada para ver los astros recorrer el cosmo; a veces me identifico con ella; el exilio es como la guardia que te a raptado de mi costado, cuando hace frío quiero sentir tu cuerpo junto al mio, y no está, porque tú estás en el exilio, en la lejania, y yo en el encierro, el olvido, la muerte...
Querido Exilio; no se si interpretar tu silencio como a una parca, como un mensaje, como una revelación de que ya no piensas volver a mí; que quizas has optado por quedarte en el exilio, yo no podría culparte, quien lo haría, quien te pediria que sacrifiques tu estancia y tu seguridad por regresar a un país que huele a mierda, delincuencia y corrupcion; cómo pedirte que traigas el fruto de tu vientre a un moridero de pobres y ratas, al cual la revolución social aún no bendice...
Querido Exilio; quiero que sepas que cada día es una nueva muerte en el encierro, es una prueba a la perseverancia y a la resistencia, cada día que vivo sin ti, me acerco más a emular a la terquedad de los izotes.
Por siempre tuyo
Raices. El Salvador, San Salvador, Ciudad Universitaria, 3/7/08
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