Querido Exilio:
Cuando cae la noche, cuando la noche oscura del alma nos agobia, cuando el camino no está claro: seguir un sueño, o seguir soñando; convertirse en alquimista, o seguir conformándose con plomo en lugar de buscar oro; está claro, viviste tus cien años en soledad, y no se te dará otra oportunidad en la tierra.
Querido Exilio; mis amigos de papel y tinta son los únicos en esta soledad, cada uno de ellos es un mundo y una vida, una aventura, un amor y una historia; cambiaría todos los libros del mundo por seguir a tu lado querido Exilio; cambiaria todas las letras, por una de tus caricias, por ser testigo de como la vida se gesta dentro de ti Exilio, pero el exilio mismo no lo permite; toda esa pobreza y desigualdad que se vive en un país tan pequeño, que es hasta increíble como tanta mierda puede caber en un lugar tan pequeño; imaginate, 20 mil kilómetros de tierra, y 50 mil de mierda; una desigualdad donde el dos de cada mil salvadoreños controla el ochenta por ciento de las fuentes de ingreso y los modos de producción: que país tan mierda.
Querido Exilio; el hambre me agobia cada día más, es un hambre que la siento por todos lados: hambre de justicia, de igualdad, de tu amor, de tu cuerpo, de
Cuando cae la noche, cuando la noche oscura del alma nos agobia, cuando el camino no está claro: seguir un sueño, o seguir soñando; convertirse en alquimista, o seguir conformándose con plomo en lugar de buscar oro; está claro, viviste tus cien años en soledad, y no se te dará otra oportunidad en la tierra.
Querido Exilio; mis amigos de papel y tinta son los únicos en esta soledad, cada uno de ellos es un mundo y una vida, una aventura, un amor y una historia; cambiaría todos los libros del mundo por seguir a tu lado querido Exilio; cambiaria todas las letras, por una de tus caricias, por ser testigo de como la vida se gesta dentro de ti Exilio, pero el exilio mismo no lo permite; toda esa pobreza y desigualdad que se vive en un país tan pequeño, que es hasta increíble como tanta mierda puede caber en un lugar tan pequeño; imaginate, 20 mil kilómetros de tierra, y 50 mil de mierda; una desigualdad donde el dos de cada mil salvadoreños controla el ochenta por ciento de las fuentes de ingreso y los modos de producción: que país tan mierda.
Querido Exilio; el hambre me agobia cada día más, es un hambre que la siento por todos lados: hambre de justicia, de igualdad, de tu amor, de tu cuerpo, de
entre todos, entre el que
la distribuye en el mercado,
quien lo emplea; distribución
y el faisán siempre ha de ser
Querido Exilio; el
olor a mierda injusta que
por colonialistas e
dos pasos de tu milpa eran
el resto era tuyo; ahora
el arribista, el esbirro, el
Querido Exilio; me
rebelde, y es que pienso que
oportunidades y que hacen
padres de hijos, o madres de
las que mantienen funcionando
mansiones opulentas de
Por siempre tuyo
Raíces
El Salvador, san Salvador,
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